Qué es la Fenomenología. Curso Metodologías Fenomenológicas Multisectoriales (MPhM).
Audiovisual, materiales didácticos y enlaces a textos originales.
Duración: 00:35:16
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El recurso que les presentamos forma parte del Curso Metodologías Fenomenológicas Multisectoriales (MPhM). Su objetivo es ampliar la aproximación pedagógica a la filosofía fenomenológica, desde sus orígenes hasta el contexto contemporáneo actual. Es la segunda parte de la quinta lección de una programación didáctica de diez temas, seleccionados cuidadosamente por el proyecto Turning Communications Gradient (TCG).
Como respuesta a la pregunta Qué es la Fenomenología, les presentamos una nueva entrega de las lecciones del curso Metodologías Fenomenológicas Multisectoriales (MPhM). Tras la publicación de Sartre Versus Merleau-Ponty E1, donde contextualizamos históricamente esta controversia, ahora les presentamos la edición Sartre Versus Merleau-Ponty E2, la segunda parte de esta trilogía, donde podrán encontrar el enfrentamiento en el plano exclusivo de las ideas, cuestionando la recepción de la filosofía fenomenológica en el siglo XX, después de la herencia inconclusa de Edmund Husserl.
Si en el primer episodio de Sartre Versus Merleau-Ponty nos sumergimos en el contexto histórico, político e ideológico que rodeó la relación entre ambos filósofos, en este segundo capítulo nos adentramos en el corazón mismo de su enfrentamiento: el plano de las ideas. Aquí, más allá de los compromisos militantes y de las tensiones que marcaron su vínculo personal, exploramos las divergencias filosóficas que terminaron por separarlos.
En el centro de este conflicto se encuentra la manera en que cada uno interpretó y desarrolló el legado de la Fenomenología de Edmund Husserl. Mientras Sartre la reconfigura en una dirección marcada por la libertad absoluta y la primacía de la conciencia, Merleau-Ponty insiste en una fenomenología encarnada, donde el cuerpo y la percepción juegan un papel central en la constitución del mundo.
¿Qué significa ser libre? ¿Cómo se estructura nuestra experiencia del mundo? ¿Puede la conciencia separarse del cuerpo? Estas preguntas fundamentales serán el terreno donde se librará la batalla filosófica entre Sartre y Merleau-Ponty; un duelo intelectual que sigue resonando en el pensamiento contemporáneo.
El enfrentamiento entre Sartre y Merleau-Ponty en el plano de la fenomenología de Edmund Husserl radica en sus interpretaciones opuestas sobre la conciencia, el cuerpo y la relación entre sujeto y mundo. Aunque ambos parten del proyecto fenomenológico, sus desarrollos los llevan a posiciones irreconciliables.
Para Sartre, la fenomenología husserliana es el punto de partida para desarrollar su concepción de la conciencia como pura negatividad y libertad absoluta. En El ser y la nada (1943), rechaza cualquier noción de pasividad en la conciencia: la intencionalidad husserliana es reinterpretada como una actividad incesante que se define por su capacidad de negar y trascender. De este modo, Sartre elimina cualquier vestigio de esencia preexistente en la conciencia, marcando una ruptura con Husserl.
En este sentido, Sartre critica la fenomenología de Merleau-Ponty por atribuir a la conciencia una dependencia estructural del cuerpo y del mundo. Para él, esto implica una forma de determinismo que compromete la libertad radical del sujeto.
Merleau-Ponty, en cambio, desarrolla una fenomenología del cuerpo en Fenomenología de la percepción (1945), donde se distancia tanto de Husserl como de Sartre. Aunque reconoce la importancia de la intencionalidad husserliana, insiste en que la conciencia no es una entidad pura y desarraigada, sino que está siempre encarnada en un cuerpo que siente y actúa en el mundo. La percepción no es un acto de un sujeto trascendental, sino un fenómeno pre-reflexivo que nos sitúa en el mundo de manera inmediata.
Para Merleau-Ponty, Sartre exagera la negatividad de la conciencia y descuida el papel del cuerpo como mediador entre el sujeto y el mundo. En su visión, no hay una libertad absoluta e indeterminada, sino una libertad situada, condicionada por nuestra facticidad.
Otro punto de divergencia es la manera en que cada uno entiende la intersubjetividad. Sartre, influenciado por la dialéctica hegeliana, presenta la relación con el otro en términos de conflicto y alienación (la mirada como una forma de objetivación del otro). Para Merleau-Ponty, en cambio, el otro no es necesariamente un antagonista, sino un ser con el que compartimos un mundo común.
Aquí, la fenomenología de Husserl, especialmente en su análisis de la intersubjetividad en la Crisis de las ciencias europeas, sirve de referencia para Merleau-Ponty, quien insiste en la idea de un horizonte compartido que posibilita la comunicación y el sentido.
Mientras Sartre lleva la fenomenología hacia una ontología de la libertad y la conciencia absoluta, Merleau-Ponty la orienta hacia una ontología de la percepción y el cuerpo vivido. En este enfrentamiento, no solo debaten sobre el legado de Husserl, sino que trazan dos formas radicalmente distintas de entender la existencia humana.
Las deformaciones coherentes que afectan a los sistemas filosóficos proceden del punto ciego que tiene lugar en su cierre, cuando la idea central elegida polariza el resto de las ideas hasta la distorsión. En el caso de Sartre, la idea central seleccionada es la de Libertad. En el caso de Merleau-Ponty es la de Chair, carne, Leib. Ambas ideas, libertad y carne, fueron entendidas por ambos a partir de lo que ellos creyeron era la idea central de la Fenomenología de Husserl: la Intencionalidad. Hoy día, tras la publicación ordenada y el análisis sistemático en curso del legado de Husserl, está claro que la idea central es la de Sentido. Tenemos que repetir el Versus de Sartre a Merleau-Ponty, a esta nueva luz. La narración histórica por si sola ya no nos vale.
Los sistemas filosóficos suelen estar sujetos a deformaciones coherentes que emergen del punto ciego generado en su cierre. Esta limitación se debe a que la idea central elegida por el filósofo tiende a polarizar y reorganizar el resto de las nociones hasta el punto de generar distorsiones. Este problema es particularmente visible en las interpretaciones que Jean-Paul Sartre y Maurice Merleau-Ponty hicieron de la Fenomenología de Husserl. Mientras Sartre situó la Libertad como núcleo de su pensamiento y Merleau-Ponty centró su atención en la Chair o carne (Leib), ambos asumieron que la idea cardinal de la fenomenología husserliana era la Intencionalidad. Sin embargo, con el estudio sistemático y la publicación ordenada del legado de Husserl, ha quedado claro que el concepto fundamental de su filosofía es el Sentido. A la luz de este hallazgo, se hace necesario revisar críticamente la oposición entre Sartre y Merleau-Ponty para reconsiderar su pertinencia en la actualidad.
En consecuencia, la oposición tradicional entre Sartre y Merleau-Ponty debe ser replanteada. No se trata simplemente de una disputa entre libertad y carne, sino de una cuestión más fundamental: la comprensión del sentido como eje de la experiencia. La historia de la filosofía no puede limitarse a una narración lineal de confrontaciones conceptuales; en cambio, debe ser revisada y reinterpretada a la luz de nuevas fuentes y descubrimientos. La fenomenología, como proyecto filosófico en continua evolución, exige un constante regreso a las fuentes y una crítica rigurosa de sus propios presupuestos, con el fin de evitar los puntos ciegos que surgen en su clausura. De este modo, la pregunta fundamental ya no es si la libertad o la carne constituyen el núcleo de la fenomenología, sino cómo el sentido emerge como principio rector de la experiencia humana.
Todos los derechos están reservados. Nuestros especiales agradecimientos a los miembros del proyecto Turning Communications Gradient (TCG) y al alumnado del Curso Metodologías Fenomenológicas Multisectoriales (MPhM).


