[Conferencia inaugural]. La cabeza llena de pájaros. Cuando la Filosofía sobrevuela el Arte.
Presentación de la programación de la Fundación Arranz-Raso 2024.
Inauguración de la Exposición “La lengua de los pájaros” del artista aragonés Santiago Arranz Paris.
Fundación Arranz-Raso. Espacio Maigualas.
Castejón de Sos. Huesca. España.
23 de junio de 2024. 12 h.
Audiovisual: 00:01:51
[Fragmento.]
En el memorable momento en el que un ave canta desde el séptimo cielo o mansión o morada y su canto unifica todo lo viviente, comunica al hombre con los animales, las plantas y las aguas y abre el oído de todas las cosas del mundo al entendimiento de la lengua solar, perdida, rítmica, la lengua de la iluminación, la lengua de los pájaros.
José Ángel Valente.
Cuando decimos que alguien tiene la cabeza llena de pájaros hacemos referencia a aquellas personas que tienen ideas fantasiosas, poco realistas, o que están distraídas por pensamientos extravagantes, excéntricos y estrafalarios. Es una antigua metáfora que sugiere que los pensamientos de la persona vuelan libremente, como pájaros, sin una dirección clara o un anclaje en la realidad. Esta expresión puede indicar creatividad, imaginación y una mente abierta a nuevas ideas, pero también puede sugerir falta de madurez o una incapacidad para enfrentar la realidad de manera práctica. No puedes confiar en alguien que tiene la cabeza llena de pájaros. Tanto en la literatura como en el arte, esta metáfora ha sido utilizada para caracterizar a personajes soñadores, idealistas, que viven en un mundo de fantasía.
“Cabeza a pájaros” es una expresión que designa coloquialmente ligereza, atolondramiento, irreflexión, estar en babia o ser una persona ilusa, romántica, soñadora, que está en las nubes. Frente a esta connotación, encontramos la expresión “ser un cabeza cuadrada”, que se utiliza para describir a una persona metódica y demasiado obstinada, rígida, inflexible o estrecha de miras en su forma de pensar. Este tipo de persona suele seguir reglas y normas de manera estricta, sin mostrar apertura a nuevas ideas o a perspectivas diferentes. A menudo, también se refiere a alguien que es excesivamente lógico o literal, sin espacio para el vuelo, para la creatividad, para la genialidad o la improvisación.
Una paremia se define como un enunciado sentencioso que incita a la reflexión moral e intelectual. Dentro de la clase de las paremias encontramos refranes, proverbios, aforismos, adagios, máximas o dialogismos. Los zoomorfismos siempre nos han acompañado en nuestra lengua: tener pájaros en la cabeza, mariposas en el estómago, hormigas en las manos, la mosca en la oreja o el cerebro de mosquito, sentirse como pez en el agua o ser una mosca cojonera, ser ave de paso o un pájaro de mal agüero, ser una bestia parda, ahuecar el ala o picar el anzuelo, darte la pájara o estar con el mono, entre otras muchas. La palabra “paremia”, proviene del término griego paroimia, compuesto por el prefijo “para-“ –que significa “junto a” o “de parte de”– y de la palabra “oímos”, que significa “camino”. Una posible definición a partir de esta etimología podría ser: las cosas que se dicen a lo largo del camino, o de forma más poética: la sabiduría de caminantes.
La paremia que he elegido hoy, “tener la cabeza llena de pájaros”, hace alusión a nuestra racionalidad, a nuestras emociones, a la levedad del vuelo de los pájaros, a su canto desenfrenado y al suelo firme donde tenemos los pies. Por eso, a continuación, les hablaré de nuestra condición humana, de nuestras ansias de volar, de la melodía de nuestra conciencia y del jardín perdido donde siempre quisimos volver. Tener la cabeza llena de pájaros es ansiar la levedad que pone fin a la gravedad de nuestra vida cotidiana, oír la música que nos devuelve a la naturaleza primitiva y volver a ese lugar idílico del que nunca quisimos salir. Los pájaros son esa esperanza anhelada que nunca pudimos alcanzar, los grandes sueños y las utopías que dan sentido a nuestro estar aquí, en un mundo grave, lleno de ruido y sin hogar.