Les limites de la pensée et la frontière de la philosophie
[“Lo impensado de la no-filosofía: Merleau-Ponty 1908-2011”, ANÁLISIS, Revista de Humanidades, Universidad de Santo Tomás, Bogotá, Colombia, 2010.]
Gracias a la Universidad de Santo Tomás, en Bogotá, Colombia.
«La philosophie a son ombre portée qui n´est pas simple absence de fait de la future lumière».
Maurice Merleau-Ponty
1.
Entre los años 1960 y 1961, y justo antes de su repentina desaparición, en los cursos Husserl aux limites de la phénoménologie[1] y Philosophie et non-philosophie depuis Hegel[2], Maurice Merleau-Ponty expondrá su personal concepción sobre el pensamiento del maestro. Dos textos tardíos, pero fundamentales en la etapa final de Husserl, pondrán de relieve la extraña concordancia de los intereses de ambos en los últimos años de sus vidas: L´origine de la géométrie, anexo III de la Krisis[3] del año 1932, publicado por Eugen Fink en 1939, y un texto de 1934, publicado por Martin Farber en 1940, Umsturz der kopernikanischen Lehre in der gewöhnlichen weltanschaulichen Interpretation. Die Ur-Arche Erde bewegt sich nicht. Grundlegende Untersuchungen zum phänomenologischen Ursprung der Köperlichkeit der Räumlichkeit der Natur in ersten naturwissenschaftlichen Sinne. Alles notwendige Anfangsuntersuchungen[4]. Merleau-Ponty mostrará un especial interés por estos dos trabajos, y el curso de 1960 girará en torno a las potentes intuiciones que Husserl expondrá en ellos[5].
Tan sólo un año antes, coincidiendo con el centenario del nacimiento de Husserl, y mientras Eugen Fink presentaba su importante aportación «La filosofía tardía de Husserl en la época de Friburgo», en el nº 4 de «Phaenomenologica», bajo la dirección de Van Breda y Taminiaux, nuestro autor publicará su artículo «Le philosophe et son ombre»[6]. En sus líneas se advertirá la efectividad propia de la fenomenología y de sus propias y primitivas intenciones, recordando el planteamiento inicial que ya aparecía en Ideen II:
«Quand on dit que la chose perçue est saisie “en personne” ou “dans sa chair” (leibhaft), cela est à prendre à la lettre: la chair du sensible, ce grain serré qui arrête l´exploration, cet optimum qui la termine reflètent ma propre incarnation et en sont la contrepartie. Il y a là un genre de l´être, un univers avec son “sujet” et son “objet” sans pareils, l´articulation de l´un sur l´autre et la définition une fois pour toutes d´un “irrélatif” de toutes les “relativités” de l´expérience sensible, qui es “fondement de droit” pour toutes les constructions de la connaissance»[7].
Este “irrelativo” de todas las “relatividades” abrirá el paso a la efectividad de los niveles de experiencia en su dimensión “vertical”, a un pensamiento comprometido con la experiencia antepredicativa, que exige recuperar y prolongar un saber anónimo y pre-categorial[8]. Se tratará en definitiva de un modelo de pensamiento que, tal como definirá Merleau-Ponty en el curso del lunes de 1961, operará en lo imaginario, o más bien en la Phantasia, puesto que se considerará a sí mismo como su expresión y, por consiguiente, jamás se separará de él. Cuando el pensamiento interrogue radicalmente de esta forma hará posible una «filosofía de la no-filosofía».
En efecto, en 1961, a escasos días de su desaparición, Merleau-Ponty hablará de la filosofía como de una «no-filosofía»[9]. Ya en 1959, en su mencionado artículo «Le philosophe et son ombre», nuestro autor advertía que Husserl había planteado esta cuestión en la exploración de la arquitectónica que configura los diferentes niveles de la experiencia, capas escalonadas (couches étagées), y cuya estructura no puede ser de por sí eidética, puesto que la propia Filosofía aparece como un modo de institucionalización simbólica en uno de esos niveles. Entre las “capas profundas” y las “capas superiores” de la constitución situará esa singular relación de Selbstvergessenheit (olvido de sí mismo), tematizada por Schopenhauer[10], que ya Husserl había avistado en Ideen II, y que Merleau-Ponty situará, siguiendo a Kant, en un «Logos du monde esthétique»[11].
Las vivencias de la conciencia estarán siempre, explícita o implícitamente, aprehendidas en el tejido extremadamente complejo de un doble encadenamiento: “horizontal”, conforme a lo que constituye la coherencia (racional) de la vida de la conciencia, y “vertical”, según el cual no habrá vivencia que no implique una base y un fundamento (Fundament) sobre el que se edifique toda la profundidad y estratificación de la experiencia[12]. La Filosofía, como institución simbólica racional, en su dimensión meramente horizontal, se habrá vuelto impositiva. Será un pensamiento de survol, una instancia de sobrevuelo que impone el sentido, ya sea desde un supuesto Ser en el límite superior, ya sea desde unas condiciones trascendentales de posibilidad, o ya sea desde un límite inferior, desde los datos como realidades últimas.
Tal “Filosofía” vivirá sobre todo en el pasado, fósil y estancada como una historia de la filosofía. La no-filosofía será, en las palabras de Merleau-Ponty en la preparación del curso del 6 de marzo de 1961, «la filosofía verdadera»[13], es decir, una filosofía de la experiencia que se da entre las diferentes couches étagées (estratos escalonados), intencionalidades que no pueden adecuarse a un espíritu constituyente universal y cuya articulación es no-eidética. Esta no-filosofía será únicamente posible, o bien como “luz negra” de la fenomenología, capaz de exhibir todo lo que queda oculto y encubierto por la antesala del eidos, y que parece quedar fuera de todo orden simbólico, o bien como el hermano bastardo del inmenso y razonado desarreglo, dérèglement, de todos los sentidos: el Arte. Se tratará, pues, de una filosofía negativa que deberá entenderse, tal como posteriormente insinuará el propio Jan Patoĉka en sus ya célebres ensayos[14], como una «a-filosofía». En esto, Merleau-Ponty será concluyente al recordar en el citado curso del lunes, en el Collège de France, este locus classicus o fragmento clave:
«Il s’agit d’une philosophie qui veut être philosophie en étant non-philosophie, d’une «philosophie négative» (au sens de «théologie négative»), qui s’ouvre accès à l’absolu, non comme «au-delà», second ordre positif, mais comme un autre ordre qui exige l’en-deçà, le double, n’est accessible qu’à travers lui-la vraie philosophie se moque de la philosophie, est a-philosophie»[15].
El interés de nuestro autor por esta «a-filosofía» nos anticipará el giro inesperado que la fenomenología dará a partir del año 1966, con la aparición de la edición por la Husserliana de las investigaciones sobre la Síntesis Pasiva[16], y de otros textos como la Fenomenología de la Intersubjetividad[17] de 1973, los pasajes de las lecciones de 1907 sobre Cosa y Espacio[18], editadas también en el año 1973, o Phantasia, conciencia de imagen y recuerdo[19] de 1980, y un largo etcétera[20]. Si bien Merleau-Ponty no podrá conocer la mayoría de estas ediciones, sin embargo, habrá sido capaz de intuir el despliegue implícito en el pensamiento de Husserl: el recorrido “vertical”, de ida y vuelta, entre las regiones de lo Visible y de lo Invisible. El sentido auténtico de la fenomenología, tal como nos describirá Renaud Barbaras en su ensayo sobre la ontología de Merleau-Ponty[21], será la tentativa de llevar la experiencia muda a la expresión pura de su propio sentido, desarrollando una parte de no-filosofía, un orden que se resiste a la conciencia constituyente.
Aunque el término «no-filosofía»[22], acuñado como tal, no apareciese más que discretamente mencionado en sus últimos cursos[23], sin embargo, la extensión y radicalidad de su significado teórico comenzará a exhibirse desde el inicio de sus planteamientos fenomenológicos. De este modo, la verdad de la fenomenología residirá en el lugar mismo de sus límites, en el confín mismo de su “sombra”, donde comienza su relación con la «a-filosofía», o con la «no-filosofía». Esta “sombra” hará referencia a tres umbrales muy significativos, y que Merleau-Ponty habrá puesto al descubierto, llevando al límite el programa de la fenomenología de Husserl, en cuanto filosofía de la experiencia que se da necesariamente entre estratos resonantes. En primer lugar, tal “sombra” hará referencia al eco persistente de ambos pensadores tras el cruce teórico de sus herencias inconclusas, en el advenimiento de una nueva concepción fenomenológica de la filosofía. En segundo lugar, su fulgente oscuridad nos traerá la noticia del umbral de acceso a la «no-filosofía» en los límites de un ascenso vertical de la reducción. En tercer lugar, este subumbrare será el testimonio de la zona o región a la que, por una u otra causa, no llega la actividad constituyente del “yo”, delimitando la patencia de un límite, de un final y de un comienzo, de un origen que procede de la cesación de las luces y que tiene su comienzo en una nueva penumbra: un en-deça y un au-delà.
Si tras el giro copernicano, el pensamiento de Kant determinó la primera inversión trascendental, la fenomenología, como “luz oscura” de la no-filosofía, habrá dispuesto con la máxima claridad esta segunda inversión: la inversión entre el Ser y el Fenómeno. Mientras el Ser se refugiará en la estabilidad de lo Visible, la no-filosofía producirá un descentramiento que irá desde la identidad y la posicionalidad a la pluralidad y la indeterminación del Fenómeno. Merleau-Ponty será preciso al advertir que «La realidad es un tejido sólido»[24]. Lo que hay, eso que es lo Invisible, plural, no figurado e indeterminado, es la riqueza de la realidad que se va empobreciendo al contraerse por centramiento al territorio de lo Visible. La no-coincidencia y el inevitable sobreadvenimiento de este horizonte soberano e inaccesible dará primacía a la novedad y la imprevisibilidad de aquello que el propio Heidegger calificara de Impensado (das Ungedachte), o “sombra” que acompaña a todo pensamiento impositivo, a toda filosofía de la conciencia que desde el pasado sobrevuela como instancia de survol, imponiendo el sentido, en una Sinngebung capaz de dominar el mundo en vez de verse hundido en él.
2.
En el citado curso de los lunes de 1961[25], Merleau-Ponty utilizará el ejemplo de un pensamiento que, a pesar de presentarse como filosofía, resultará ser un paradigma de la no-filosofía. Nos referimos a la introducción de doce páginas en dieciséis párrafos que Hegel añadió a su Fenomenología del Espíritu. El fenómeno como Erscheinung (Aparición), y no como Darstellung (lo que aparece), emergerá como relación con el absoluto, pero no como Ser sino como schon bei uns, como algo que ya está previamente entre nosotros y que ha de desvelarse por su propio esplendor. Tal texto ya había sido comentado por Martin Heidegger en su seminario de 1943, pero en este caso será esgrimido por Merleau-Ponty para anunciar esa segunda inversión, más allá de la inversión trascendental kantiana, que se ha producido en la fenomenología.
En la página 202 de Signes, en la edición original de 1960, dentro de su modesta contribución al centenario del nacimiento de Husserl, nuestro autor expondrá centralmente esta concepción de lo Impensado, que desde su origen y lamento heideggeriano dejará importantes secuelas en toda su obra. De este modo, aquí podremos advertir, además de la presencia fulgurante de los versos de Angelus Silesius, aquella cita de la lección novena de La proposición del fundamento en torno a Kant y Leibniz:
«Cuanto más grande es la obra del pensar de un pensador –cosa que en absoluto queda cubierta por la extensión y el número de sus escritos– tanto más rico es lo impensado que hay en esta obra del pensar, es decir, aquello que por primera vez y únicamente por esta obra del pensar aflora como lo aún no pensado. Esto no pensado no atañe desde luego a algo que un pensador haya pasado por alto o sido incapaz de dominar, y que después una posteridad más sabia tuviera que retomar»[26].
Lo propio de un pensamiento es lo que busca todavía por decir, su Impensado, que solamente puede revelarse en una reflexión, convirtiéndose en el eco de aquella región que está en-deça u au-delà de la filosofía misma como Institución simbólica racional (Stiftung). En este sentido, en la confrontación con Husserl que Merleau-Ponty llevará a cabo será difícil separar lo que pertenece a cada uno de ellos; más bien, será preciso advertir que las tesis del último Husserl y las tesis del último Merleau-Ponty terminarán confluyendo, precisamente, en aquello que por primera vez, y únicamente por esta obra del pensar, aflora como lo aún no pensado: su no-filosofía.
A la edición póstuma del curso sobre Philosophie et non-philosophie depuis Hegel habrá que añadir una edición más reciente, pero también fundamental, que llevará por título: La philosophie aujourd´hui[27]. Será el curso, en principio sin título, que el autor impartirá en el Colegio de Francia, entre enero y mayo de 1959. En este curso, Merleau-Ponty se aproximará, quizá más que nunca, a la “sombra” inconclusa del maestro, distinguiendo la articulación precisa de su pensamiento en torno a tres ejes principales. Por un lado, el eje de los descubrimientos en torno a la relación «intencionalidad, esencia y facticidad»; por otro lado, la regresión idealista de la fenomenología; y, por último, la retractación del idealismo y la profundización en el pensamiento vertical. Estos tres ejes corresponderán a su vez con el periodo inicial de Investigaciones Lógicas; con el periodo idealista, y más ortodoxo, de Ideas relativas a una fenomenología pura y una filosofía fenomenológica; y, por último, con el periodo de Meditaciones Cartesianas. En este último intervalo, la investigación sobre las dimensiones verticales aproximará al autor a las nociones de Leib, pasividad e intersubjetividad, que serán, en definitiva, las nociones a partir de las cuales Merleau-Ponty desarrollará toda su concepción de la fenomenología en su aproximación a lo Impensado por ambos pensadores. La caracterización de una «pasividad originaria» pondrá en tela de juicio la concepción de la reflexión, o reducción trascendental, desvelando esa estratificación escalonada y vertical en la que aparecerá lo no tético en la naturaleza misma de la conciencia y contra la adecuación misma de un espíritu constituyente universal[28].
Desde el curso de 1959, y teniendo en cuenta los citados cursos de 1960 y 1961 («Husserl en los límites de la fenomenología» y «Filosofía y no-filosofía después de Hegel»), Merleau-Ponty intentará incansablemente pensar el régimen arquitectónico de un pensamiento vertical, repensando a su vez la noción misma de pasividad frente a la actividad constituyente del “yo”. Desde la región de lo Visible, desde las nociones de sujeto, naturaleza y síntesis activa, ascenderá, o descenderá, a la región de lo Invisible, donde descubrirá el Leib, la hylé y la proto-hylé, y las síntesis pasivas, en definitiva, sus controvertidas nociones de la chair, del quiasmo, y de las wesen sauvages. La fenomenología se habrá convertido en ese recorrido de ida y de vuelta entre lo Visible y lo Invisible. Merleau-Ponty estará más cerca que nunca de eso que había de Impensado en la obra del pensar husserliano. De ahí que en las Notes de travail de su inconclusa obra Le visible et l´invisible, en noviembre del mismo año 1959, confirmase que la filosofía no había hablado jamás de la pasividad de nuestra actividad, es decir, citando a Valéry, de un «cuerpo del espíritu» (corps de l´esprit). Y aquí, me permitiré la licencia de reproducir en toda su extensión la claridad de esta pequeña anotación:
«L´âme pensé toujours: c´est en elle une propriété d´état, elle ne peut pas ne pas penser parce qu´un champ a été ouvert où s´inscrit toujours quelque chose ou l´absence de quelque chose. Ce n´est pas là une activité de l´âme, ni une production de pensées au pluriel, et je ne suis pas même l´auteur de ce creux qui se fait en moi par le passage du présent à la rétention, ce n´est pas moi qui me fais penser pas plus que ce n´est moi qui fais battre mon cœur. Sortir par là de la philosophie des Erlebnisse et passer à la philosophie de notre Urstiftung…»[29].
La conclusión será radical, rotunda y definitiva: salir de la filosofía de las vivencias (Erlebnisse) y pasar a la filosofía de nuestra institución originaria de sentido (Urstiftung), es decir, de nuestra protofundación o protoinstitución. En definitiva, su propuesta anunciará la necesidad de prescindir de un pensamiento “horizontal”, de una filosofía de la conciencia, aplastantemente configurada en un pensamiento de survol, y ascender “verticalmente” en busca de la estratificación originaria donde resituar la «no-filosofía» de lo impensado, tanto por Husserl como por él mismo y por toda la tradición de una filosofía cuyo origen, exigencia y necesidad sólo puede presentarse como filosofía fenomenológica. Tal radical pretensión pasará por aquel dérèglement que el mismo Rimbaud ejemplificase, anunciado por esa extraña y providente misiva merleau-pontiana que tantas resonancias trae al pensamiento contemporáneo: «no soy yo quien me hace pensar como no soy yo quien hace latir mi corazón».
El mismo Husserl, en sus últimos trabajos, y contra el supuesto idealista que había sostenido en el periodo de Ideas, apoyará este combate contra la filosofía de la conciencia. El descubrimiento de la subjetividad como Leib quinestésico, la transposibilidad de las «síntesis pasivas» frente a la posibilidad de las síntesis activas, y el horizonte ineludible de la «interfacticidad» frente a la intersubjetividad de la identidad simbólica, terminarán por distinguir un pensamiento vertical en su propia genealogía de la verdad, y la filosofía de Merleau-Ponty acabará por convertirse en «no-filosofía», cuyo objeto de estudio será, en definitiva, el fenómeno en cuanto fenómeno, es decir, ese “ser salvaje” (être sauvage), vertical y ontológicamente primero, que ocupa el dominio mismo de lo Invisible en el límite más extremo de la epoché.
3.
Por extraño que pueda parecer, lo Impensado de la no-filosofía de Maurice Merleau-Ponty aparecerá ya anunciado en 1945, en la nota 9 del capítulo IV de la primera parte de su Phénoménologie de la perception. Recordemos que este capítulo estaba dedicado a «La síntesis del propio cuerpo», exponiendo las cuestiones de la espacialidad y la corporeidad, de la unidad del cuerpo y de la obra de arte y del hábito perceptivo como adquisición de un mundo. Pues bien, al tratar precisamente del hábito y utilizando el ejemplo del “bastón del ciego”, Merleau-Ponty hará una certera alusión a Husserl:
«Husserl, por ejemplo, definió durante largo tiempo la conciencia o la imposición de un sentido por el esquema Auffassung-Inhalt y como una beseelende Auffassung. Un paso definitivo lo da al reconocer, desde las Conferencias sobre el tiempo, que esta operación presupone otra más profunda por la que el contenido se prepara para esta captación. Toda constitución no se hace según el esquema Auffassunginhalt-Auffassung”. Vorlesungen zur Phänomenologie des inneren Zeitbewusstseins, p. 5, nota 1.»[30].
En efecto, en Las Lecciones sobre la conciencia interna del tiempo del año 1905, en su Introducción, y al hablar de la «Desconexión del tiempo objetivo», en concreto, al exponer la distinción entre un tiempo «sentido» y un tiempo percibido, Husserl hace la siguiente advertencia:
«”Lo sentido” indicaría, pues, un concepto de relación que por sí solo nada diría acerca de si lo sentido es sensual, siquiera acerca de si es inmanente en el sentido en que lo sensual lo es. Quedaría abierto, en otras palabras, si lo sentido mismo está ya constituido, y quizá de un modo muy distinto del de lo sensual. Pero toda esta diferenciación es mejor dejarla al margen. No toda constitución responde al esquema “contenido de aprehensión-aprehensión”»[31].
En estos dos textos convergerá lo Impensado de ambos pensadores, con la expresa advertencia de que esta cuestión, que según Husserl, y en ese momento, “es mejor dejarla al margen”, conllevará tanto todo el despliegue del pensamiento merleau-pontiano como el despliegue mismo que el pensamiento husserliano mostrará en las mencionadas ediciones posteriores a 1966 y que Merleau-Ponty nunca llagará a conocer. Valga advertir que Rudolf Boehm, el editor de Sobre la fenomenología de la conciencia temporal inmanente (1893-1917), ya hará una especial referencia a esta nota en el tomo X de la Husserliana[32]. Parece, pues, que no es posible generalizar la intencionalidad entendida como imposición de sentido. Esto sería contradictorio con la noción de fenómeno en tanto modo de aparición (Erscheinung). Por consiguiente, la conciencia es algo más que actividad, y ese algo más no es consistente con el esquema Auffassunginhalt-Auffassung (Contenido de aprehensión-Aprehensión).
En efecto, encontraremos una pasividad originaria en el interior mismo de la conciencia, y aquí Merleau-Ponty desarrollará aquella intuición que ya había anunciado en el Prólogo de su Fenomenología de la percepción[33], al advertir, tras citar la Crítica del juicio, que Husserl ya había distinguido la intencionalidad de acto de otro tipo de intencionalidad, una noción más ampliada de intencionalidad que permitiría a la fenomenología convertirse en una fenomenología de la génesis y al pensamiento en un pensamiento vertical de los diferentes estratos, o capas escalonadas (couches étagées), anteriores a los actos. Se trataba de la intencionalidad operante y latente (fungierende Intentionalität) que constituiría la unidad natural y antepredicativa del mundo y de nuestra vida, la que se manifestaba en nuestros deseos, nuestras evaluaciones, nuestro paisaje, de una manera más clara y rotunda que en el conocimiento objetivo.
En los doce años que transcurren entre las dos ediciones de Investigaciones Lógicas, la de 1901 y la de 1913, el pensamiento de Husserl sufrirá una crisis profunda y una honda transformación. Se hará patente lo que hasta entonces había permanecido de un modo latente y casi oculto: los resortes filosóficos básicos de la reducción y la constitución. Esta crisis aparecerá ostensiblemente en el citado curso de 1905 sobre la conciencia íntima del tiempo, que editará Heidegger en 1928, y en el curso de 1907 sobre la idea de fenomenología, que no aparecerá editado hasta 1950, por Biemel, en el volumen II de la Husserliana[34]. Las modificaciones introducidas en la segunda edición de las Investigaciones, tal como se puede apreciar en la edición definitiva de Elmar Holenstein, en 1975, en el volumen XVIII y siguientes de la Husserliana[35], son un testimonio de esta autoconciencia operada, que en 1901 es todavía una intuición no consciente de sus consecuencias. La crisis de 1905 y la primera exposición formal de la fenomenología del curso de 1907 serán el fiel testimonio de la conexión entre la primera edición de las Investigaciones de 1901 y la segunda de 1913. En este fecundo periodo, entre mayo y agosto de 1907, en Gotinga, Husserl impartirá la segunda parte de un curso titulado inicialmente: «Fragmentos principales de la fenomenología y de la crítica de la razón». Tal curso corresponderá al texto del manuscrito husserliano FI13, llamado por Husserl «Dingvorlesung».
Las cinco lecciones de introducción general a la fenomenología transcendental de dicho curso serán, tal como hemos apuntado, publicadas por Biemel en 1950, bajo el título: Die Idee der Phänomenologie. Sin embargo, el gran grueso del curso no será publicado hasta 1973, cuando Ulrich Claesges, en el volumen XVI de la Husserliana, edite estas lecciones, bajo el enigmático título: Ding und Raum, Vorlesungen 1907[36]. El traductor de la edición francesa, Jean-François Lavigne, será concluyente en su introducción al confirmar un hecho filosóficamente decisivo en la historia del pensamiento contemporáneo: las lecciones del verano de 1907 sobre la cosa espacial inaugurarán la fenomenología de la percepción[37]. Es evidente que Merleau-Ponty no podrá conocer este texto, pero lo sorprendente resultará comprobar que, muy a pesar de ello, habrá sido consciente de la trascendencia teórica que conllevan sus conclusiones.
En la página 285 de la edición de Ulrich Claesges, en correspondencia con la lección final del 3 de agosto de 1907, Husserl comenzará de este modo su última consideración:
«Pertenece a la esencia de la cosa en general ser una unidad intencional idéntica que se “constituye” en una cierta multiplicidad de apariciones efectivas o posibles, se legitima según su ser y su ser-así respectivo en el encadenamiento de apariciones reglado y cada vez motivado. Pero el encadenamiento es un encadenamiento de apariciones entre-acordadas, que se llenan unas en otras, y son portadas por una conciencia de creencia que las atraviesa, o, si se prefiere, una conciencia posicional, conciencia de ser. Saber qué relación mantiene esta conciencia posicional con las simples apariciones necesitaría de investigaciones más profundas»[38].
La relación imposible entre esta consideración y la mencionada nota nº 9 del capítulo IV de la primera parte de la Fenomenología de la Percepción, nos hará suponer que la convergencia de ambos pensadores tiene lugar en la sombra misma de sus Impensados, a través, en el caso de Merleau-Ponty, del conocimiento previo de Las Lecciones sobre la conciencia interna del tiempo del año 1905, donde Husserl ya advierte esta propuesta radical[39]. Otra cosa sería ya elucubrar sobre el derrotero que el pensamiento merleau-pontiano hubiera tomado si en 1961 no se hubiera cumplido el fatal designio de Rimbaud: «on me pensé».
Rota la estructura bimembre Auffassunginhalt-Auffassung (Contenido de aprehensión- Aprehensión), la “vertical” quedará abierta para un ascenso hacia lo Impensado, es decir, para aquella no-filosofía que tanto Husserl como Merleau-Ponty vislumbraron como la extraña distancia (écart) que separa al sujeto mismo y que aleja cada cosa de su posible identidad[40]. Ambos establecerán una nueva estructura trimembre: Auffassung-Erscheinung-Darstellung (Aprehensión o acto intencional, Aparición o contenido de aprehensión, Exposición u objeto). De este modo, Merleau-Ponty estaba en lo cierto al advertir que la conciencia o la imposición de sentido seguía el esquema husserliano Auffassung-Inhalt, y beseelende Auffassung (Aprehensión animada), y que, por consiguiente, suponía otra operación más profunda mediante la cual el contenido era preparado para la aprehensión. Todo el pensamiento merleau-pontiano partirá de esta consideración.
La estructura bimembre de la percepción será la filosofía de la conciencia que Merleau-Ponty descalificará por su naturaleza impositiva y de “sobrevuelo”; aquella que anula el eje vertical de la Erscheinung, de la Aparición. Entre la intencionalidad de la Auffassung, de la Aprehensión o el Acto, y la identidad de la Darstellung, Exposición u Objeto, habrá una extraña connivencia, una complicidad que abrirá la vertical de las diferentes couches étagées (estratos escalonados) sobre el eje de la Erscheinung, de la Aparición. Aunque tanto la Erscheinung (Aparición) como la Darstellung (Exposición) sean ambas “fenómenos”, sin embargo, el eje de la Erscheinung (Aparición) será el eje de los fenómenos en sentido estricto: el fenómeno en cuanto fenómeno. Esta vertical nos pondrá directamente en contacto con la trascendencia, con el “ser salvaje” (être sauvage), vertical y ontológicamente primero.
Como es bien sabido[41], Husserl doblará la reducción trascendental mediante una reducción eidética, es decir, que en su etapa idealista (Ideen) utilizará la «reducción trascendental» (reducción cartesiana, kantiana y psicológica) para partir de la Auffassung (Aprehensión) y llegar a una “Subjetividad trascendental”, y, a su vez, tal reducción arrastrará una «reducción eidética» para partir de la Darstellung (Exposición) y llegar a las primeras síntesis. Sin embargo, Merleau-Ponty propondrá una reducción a partir del fenómeno en tanto fenómeno, de la Erscheinung (Aparición). Tal reducción por la vertical central será completamente autónoma e irá desde la Erscheinung, o Apariencia, a la Ereignis, o Quiasmo. Este será el eje que propiciará una «no-filosofía» frente a una filosofía de survol que sobrevuela e impera, es decir, la vía de acceso hacia lo Invisible, hacia lo Impensado de la «no-filosofía». Merleau-Ponty se enfrentará al Husserl idealista a favor del pensamiento último del maestro, a pesar de no haber llegado a vislumbrar más que su “sombra” inconclusa, sustituyendo la «reducción trascendental» y la «reducción eidética» por una verdadera «reducción central fenomenológica», accediendo de este modo al verdadero espesor del mundo, de la naturaleza, de la realidad, en definitiva.
Aunque esta estructura trimembre no se mantenga en su ascenso desde lo Visible, por el pensamiento vertical, hacia la región de lo Invisible, sin embargo, su controvertido concepto de la Chair se corresponderá en la reducción con el sujeto y los actos de aprehensión intencional; los esquicios o contenidos de aprehensión se corresponderán a su vez con su noción principal de Quiasmo; y las Eide, esencias o eidos, se corresponderán con las Wesen sauvages. En definitiva, y tal como nos advertirá el propio pensador, encontraremos en el Ser bruto, salvaje, vertical, presente, una dimensión que no es la de la representación ni la del en-sí. El resto de lo Impensado en Maurice Merleau-Ponty se irá ubicando escalonadamente en los diferentes registros gnoseológicos que son, concomitantemente, registros de realidad y que el propio Edmund Husserl, a partir de su “sombra”, de las ediciones que irán apareciendo desde el año 1966, configurará en una tectónica de regímenes bien diferenciados, en una «no-filosofía» de lo Impensado, del Ser vertical, tal como en adelante describiré, en lo que probablemente serán las Notas de Curso de una futura publicación.
[1] Merleau-Ponty, M. Husserl aux limites de la phénoménologie (curso del lunes, en el Collège de France, enero-mayo de 1960), notas de preparación de Merleau-Ponty, Biblioteca Nacional, volumen XVIII, 51 ff.; transcripción, presentación y anotaciones de Franck Robert, en Notes de cours sur L´origine de la géométrie de Husserl, seguido de Recherches sur la phénoménologie de Merleau-Ponty, bajo la dirección de Renaud Barbaras, P.U.F., París, 1998, pp. 11-92.
[2] Merleau-Ponty, M. Philosophie et non-philosophie depuis Hegel (curso del lunes, en el Collège de France, enero-mayo de 1961) notas de preparación de Merleau-Ponty, Biblioteca Nacional, volumen XX, 145 ff.; texto presntado por Claude Lefort en Textures, nº8-9, 1974, pp. 83-129 y nº10-11, 1975, pp. 145-173; recogido en Notes de cours 1959-1961, Gallimard, París, 1996, pp. 269-352 y en Annuaire du Collège de France, 61º año, 1961, p. 163.
[3] Husserl, E. Die Krisis der europäischen Wissenschaften und die transzendentale Phänomenologie, Einleitung in die Phänomenologische Philosophie, Editado por W. Biemel, Husserliana VI, Martinus Nijhoff, La Haya, 1969.
[4] Husserl, E. Umsturz der kopernikanischen Lehre in der gewöhnlichen weltanschaulichen Interpretation. Die Ur-Arche Erde bewegt sich nicht. Grundlegende Untersuchungen zum phänomenologischen Ursprung der Köperlichkeit der Räumlichkeit der Natur in ersten naturwissenschaftlichen Sinne. Alles notwendige Anfangsuntersuchungen, Texto D 17 (1934). En Marvin Farber (ed.), Philosophical Essays in Memory of Edmund Husserl, Cambridge (Mass.) 1940; pp. 307-325. Traducción francesa: L´arche-originaire Terre ne se meut pas. Recherches fondamentales sur l´origine phénoménologique de la spatialité de la nature, trad. D. Franck, en La Terre ne se meut pas, Minuit, Paris 1989. Traducción española: La Tierra no se mueve, trad. Agustín Serrano de Haro, Facultad de Filosofía, Universidad Complutense, Madrid 1995.
[5] Merleau-Ponty, M. «Husserl aux limites de la phénoménologie» (resumen del curso del lunes, en el Collège de France), Annuaire du Collège de France, 60º año, pp. 169-173; recogido en Résumés de cours 1952-1960, Gallimard, París, 1968, pp. 159-170.
[6] Merleau-Ponty, M. «Le philosophe et son ombre», en Edmund Husserl 1859-1959, ed. H.-L. Van Breda y J. Taminiaux, Martinus Hijhoff, La Haye 1959, «Phaenomenologica», nº4, pp. 195-220; recogido en Signes, Ed. Gallimard, Paris 1960, pp. 259-295.
[7] Merleau-Ponty, M. o. c. pp. 272
[8] Bech, J. M. Merleau-Ponty: una aproximación a su pensamiento, Ed. Anthropos, Barcelona, 2005; p. 61.
[9] Merleau-Ponty, M. Notes de cours 1959-1961, Gallimard, París, 1996, pp. 269-352.
[10] «[…] un estado de pura contemplación, de apertura a la intuición, que nos lleva a perdernos en el objeto y a olvidarnos de cualquier individualidad, superando el conocimiento regulado por el principio de razón suficiente», en Schopenhauer, A. Lecciones sobre metafísica de lo bello, Lección VIII, Sobre el componente subjetivo del placer estético, trad. Manuel Pérez Cornejo, Publicaciones de la Universitat de València, Valencia 2004, p. 150.
[11] Merleau-Ponty, M. «Le philosophe et son ombre», en Signes, Ed. Gallimard, Paris 1960, pp. 281-282.
[12] Álvarez Falcón, L. «Comunidad, historia y sentido», en IX Congreso Internacional de Fenomenología, Segovia, España, 2009. Investigaciones fenomenológicas, vol. monográfico 3: Fenomenología y política (2011).
[13] Merleau-Ponty, M. «Philosophie et non-philosophie depuis Hegel», en Notes de cours 1959-1961, Gallimard, París, 1996; p. 312.
[14] Patoĉka, J. «El subjetivismo de la fenomenología husserliana y la posibilidad de una fenomenología asubjetiva» y «El subjetivismo de la fenomenología husserliana y la exigencia de una fenomenología asubjetiva», en El movimiento de la existencia humana, Ediciones Encuentro, Madrid, 2004; pp. 93-135.
[15] Merleau-Ponty, M. o. c., p. 275.
[16] Husserl, E. Analysen zur passiven Synthesis. Aus Vorlesungs- und Forschungsmanuskripten, 1918-1926. Edited by Margot Fleischer. The Hague, Netherlands: Martinus Nijhoff, 1966.
[17] Husserl, E. Zur Phänomenologie der Intersubjektivität. Texte aus dem Nachlass. Erster Teil. 1905-1920. Zweiter Teil. 1921-28. Dritter Teil. 1929-35. Edited by Iso Kern. The Hague, Netherlands: Martinus Nijhoff, 1973.
[18] Husserl, E. Ding und Raum. Vorlesungen 1907. Edited by Ulrich Claesges. The Hague, Netherlands: Martinus Nijhoff, 1973.
[19] Husserl, E. Phäntasie, Bildbewusstsein, Erinnerung. Zur Phänomenologie der anschaulichen Vergegenwartigungen. Texte aus dem Nachlass (1898-1925). Edited by Eduard Marbach. The Hague, Netherlands: Martinus Nijhoff, 1980.
[20] Álvarez Falcón, L. Realidad, Arte y Conocimiento. La deriva estética tras el pensamiento contemporáneo, Editorial Horsori, Barcelona, 2009; pp. 173-206.
[21] Barbaras, R. De l´être du phénomène. Sur l´ontologie de Merleau-Ponty, Éd. Jérôme Million, Grenoble, 2001; p. 99.
[22] «Non-Philosophie et Philosophie avec deux inédits sur la musique», en Chiasmi International nº3, Vrin, Mimesis, University of Memphis, 2001 y «Philosophy and Non-Philosophy since Merleau-Ponty», editado con una introducción de Hugh J. Silverman, Noethwestern Univ. Press, 1997.
[23] Saint-Aubert, E. Vers une ontologie indirecte. Sources et enjeux critiques de l´appel à l´ontologie chez Merleau-Ponty, Ed. Vrin, Paris, 2006; p. 61 y ss.
[24] Merleau-Ponty, M. Fenomenología de la Percepción, Ed. Península, Barcelona, 2000; p. 10.
[25] Merleau-Ponty, M. Philosophie et non-philosophie depuis Hegel (curso del lunes, en el Collège de France, enero-mayo de 1961), Notes de cours 1959-1961, o. c., pp. 269-352.
[26] Heidegger, M. Der Satz vom Grund, pp. 123-124.
[27] Merleau-Ponty, M. La philosophie aujourd´hui, (curso sin título, en el Collège de France, enero-mayo de 1959), notas de preparación de Merleau-Ponty, Biblioteca Nacional, volumen XVIII, 69 ff.; transcripción y notas de Stéphanie Ménasé en Merleau-Ponty, M. Notes de cours 1959-1961, o. c., pp. 37-148 y pp. 379-388.
[28] Merleau-Ponty, M. Notes de cours 1959-1961, o. c., p. 68.
[29] Merleau-Ponty, M. Le visible et l´invisible, Éd. Gallimard, París, 1999 ; p. 270.
[30] Merleau-Ponty, M. Fenomenología de la Percepción, Ed. Península, Barcelona, 2000; p. 169.
[31] Husserl, E. Lecciones de fenomenología de la conciencia interna del tiempo, trad. Agustín Serrano de Haro, Ed. Trotta, Madrid, 2002; p. 29.
[32] Husserl, E. Zur Phänomenologie des inneren Zeitbewusstesens (1893-1917). Editado por Rudolf Boehm, Martinus Nijhoff, The Hague, Netherlands, 1969.
[33] Merleau-Ponty, M. o. c., pp. 17-18.
[34] Husserl, E. Die Idee der Phänomenologie. Fünf Vorlesungen. Editado por Walter Biemel, Martinus Nijhoff, The Hague, Netherlands, 1973.
[35] Husserl, E. Logische Untersuchungen. Erster Teil. Prolegomena zur reinen Logik. Text der 1. und der 2. Auflage, Halle: 1900, rev. ed. 1913. Editado por Elmar Holenstein, Martinus Nijhoff, The Hague, Netherlands, 1975; Logische Untersuchungen. Zweiter Teil. Untersuchungen zur Phänomenologie und Theorie der Erkenntnis. In zwei Bänden, Editado por Ursula Panzer. Halle: 1901; rev. ed. 1922, Martinus Nijhoff, The Hague, Netherlands, 1984; Logische Untersuchungen. Ergänzungsband. Erster Teil. Entwürfe zur Umarbeitung der VI. Untersuchung und zur Vorrede für die Neuauflage der Logischen Untersuchungen (Sommer 1913), Edited por Ulrich Melle, Kluwer Academic Publishers, The Hague, Netherlands, 2002. Husserliana XVIII, XIX y XX.
[36] Husserl, E. Ding und Raum. Vorlesungen 1907, Editado por Ulrich Claesges, Martinus Nijhoff, The Hague, Netherlands, 1973.
[37] Husserl, E. Chose et espace. Leçons de 1907, traducción e introducción de Jean-François Lavigne, P.U.F., París, 1989; p. 5.
[38] Husserl, E. Ding und Raum. Vorlesungen 1907, o. c., p. 285.
[39] Husserl, E. Die ‘Bernauer Manuskripte’ über das Zeitbewußtsein (1917/18), Editado por Rudolf Bernet y Dieter Lohmar, Kluwer Academic Publishers, Dordrecht, Netherlands, 2001.
[40] Bech, J. M. «El pensamiento de la no-coincidencia», en Convivium nº 16, Departament de Filosofia, Facultat de Filosofia, Universitat de Barcelona, Barcelona, 2003; pp. 57-94.
[41] Husserl, E. Zur phänomenologischen Reduktion. Texte aus dem Nachlass (1926-1935). Editado por Sebastian Luft, Kluwer Academic Publishers, Dordrecht, Netherlands, 2002.
Les limites de la pensée et la frontière de la philosophie
«La philosophie a son ombre portée qui n´est pas simple absence de fait de la future lumière».
Maurice Merleau-Ponty
1.
Entre les ans 1960 et 1961, et juste avant de sa soudaine disparition, dans les cours Husserl aux limites de la phénoménologie[1] et Philosophie et non-philosophie depuis Hegel[2], Maurice Merleau-Ponty exposera son personnel conception sur la pensée du maître. Deux textes tardifs, mais fondamentaux dans l’étape finale d’Husserl, mettront de relais la bizarre concordancia des intérêts de tous les deux dans les derniers ans de ses vies: L´origine de la géométrie, annexe III de la Krisis[3] de l’an 1932, publié par Eugen Fink en 1939, et un texte de 1934, publié par Martin Farber en 1940, Umsturz der kopernikanischen Lehre in der gewöhnlichen weltanschaulichen Interpretation. Die Ur-Arche Erde bewegt sich nicht. Grundlegende Untersuchungen zum phänomenologischen Ursprung der Köperlichkeit der Räumlichkeit der Natur in ersten naturwissenschaftlichen Sinne. Alles notwendige Anfangsuntersuchungen[4]. Merleau-Ponty montrera un spécial intérêt par ces deux travaux, et le cours de 1960 il tournera autour des puissantes intuitions que Husserl exposera en ils[5].
Seulement un an avant, en coïncidant avec le centenaire de la naissance d’Husserl, et tant qu’Eugen Fink présentait son important apport «La philosophie tardive d’Husserl à l’époque de Fribourg», dans le nº 4 de «Phaenomenologica», sous la direction de Van Breda et Taminiaux, notre auteur publiera son article «Le philosophe et son ombre»[6]. Dans ses lignes il s’avertira l’effectivité propre de la fenomenología et de ses propres et primitivas intentions, en rappelant l’exposé initial que déjà apparaissait en Ideen II:
«Quand on dit que la chose perçue est saisie “en personne” ou “dans sa chair” (leibhaft), cela est à prendre à la lettre: la chair du sensible, ce grain serré qui arrête l´exploration, cet optimum qui la termine reflètent ma propre incarnation et en sont la contrepartie. Il y a là un genre de l´être, un univers avec son “sujet” et son “objet” sans pareils, l´articulation de l´un sur l´autre et la définition une fois pour toutes d´un “irrélatif” de toutes les “relativités” de l´expérience sensible, qui es “fondement de droit” pour toutes les constructions de la connaissance»[7].
Ce “irrelativ” de toutes les “relativités” ouvrira le pas à l’effectivité des niveaux d’expérience dans sa dimension “verticale”, à une pensée engagée avec l’expérience anteprédicatif, qu’exige récupérer et prolonger un savoir anonyme et pre-categorial[8]. Il se traitera en définitive d’un modèle de pensée que, telle comme définira Merleau-Ponty dans le cours du lundi de 1961, opérera en l’imaginaire, ou plutôt en la Phantasia, puisque se envisagera à soi même comme son expression et, par conséquent, il ne se séparera jamais d’il. Lorsque la pensée interrogez radicalement de cette forme fera possible une «philosophie de la non-philosophie».
Certes, en 1961, à des rares jours de sa disparition, Merleau-Ponty parlera de la philosophie comme d’une «non-philosophie»[9]. Déjà en 1959, dans son mentionné article «Le philosophe et sont ombre», notre auteur avertissait qu’Husserl avait posé cette question dans l’exploration de l’arquitectonique que configure les différents niveaux de l’expérience, capes étagées (couches étagées), et dont la structure ne peut être de par soi eidetique, puisque la propre Philosophie apparaît comme une façon d’institucionalización symbolique en un de ces niveaux. Entre les “capes profondes” et les “capes supérieures” de la constitution il situera cette singulière relation de Selbstvergessenheit (oubli de soi même), à thème par Schopenhauer[10], que déjà Husserl y avait pointé en Ideen II, et que Merleau-Ponty situera, en suivant à Kant, dans un «Logos du monde esthétique»[11].
Les expériences de la conscience seront toujours, explicite ou implícitamente, appréhendées dans le tissu extrêmement complexe d’un double enchaînement: “horizontale”, conformément à ce que constitue la cohérence (rationnelle) de la vie de la conscience, et “verticale”, selon lequel n’y aura pas expérience qu’il n’implique pas une base et un fondement (Fundament) sur lequel s’edifique toute la profondeur et stratification de l’expérience[12]. La Philosophie, comme institution symbolique rationnelle, dans sa dimension simplement horizontale, se sera revenu fiscale. Il sera une pensée de survol, une instance de survol qu’impose le sens, il déjà soit depuis une supposition Être dans la limite supérieure, déjà soit depuis quelques conditions trascendentales de possibilité, ou déjà soit depuis une limite inférieure, depuis les données comme des réalités dernières.
Telle “Philosophie” habitera surtout par le passé, fossile et stagnant comme une histoire de la philosophie. La non-philosophie sera, dans les mots de Merleau-Ponty dans la préparation du cours du 6 mars 1961, «la philosophie véritable»[13], c’est-à-dire, une philosophie de l’expérience qu’il se donne entre les différentes couches étagées (strates étagés), intentionnalités que ne peuvent pas s’adapter à un esprit constituant universel et dont l’articulation est non-eidetique. Celle-ci non-philosophie sera uniquement possible, ou bien comme “lumière noire” de la phénoménologie, capable d’exhiber tout ce que reste occulte et celé par l’antichambre de l’eidos, et que semble rester en dehors de tout ordre symbolique, ou bien comme le frère bâtard de l’immense et raisonné désordre, dérèglement, de tous les sens: l’Art. Il se traitera, donc, d’une philosophie négative que devra se comprendre, telle comme postérieurement va insinuer le propre Jan Patoĉka dans ses déjà célèbres essais[14], comme une «à-philosophie». En ceci, Merleau-Ponty sera concluant au rappeler dans le cité cours du lundi, en le Collège de France, ce locus classicus ou fragment clef:
«Il s’agit d’une philosophie qui veut être philosophie en étant non-philosophie, d’une «philosophie négative» (au sens de «théologie négative»), qui s’ouvre accès à l’absolu, non comme «au-delà», second ordre positif, mais comme un autre ordre qui exige l’en-deçà, le double, n’est accessible qu’à travers lui-la vraie philosophie se moque de la philosophie, est a-philosophie» [15].
L’intérêt de notre auteur par cette «à-philosophie» nous anticipera le virement inattendu que la phénoménologie donnera à partir de l’an 1966, avec l’apparition de l’édition par l’Husserliana des recherches sur la Synthèse Passive[16], Et d’autres textes comme la phénoménologie de l’intersubjectivité. [17] De 1973, les passages des leçons de 1907 sur Chose et Espace[18], éditées aussi dans l’an 1973, ou Phantasia, conscience d’image et souvenir[19] de 1980, et un long etcetera[20]. Si bien Merleau-Ponty ne pourra pas connaître la plupart de ces éditions, pourtant, il aura été capable d’intuir le déploiement implicite dans la pensée d’Husserl: le parcours “vertical”, d’aller-retour, entre les régions du Visible et de l’Invisible. Le sens véritable de la fenomenología, telle comme nous décrira Renaud Barbaras dans son essai sur l’ontología de Merleau-Ponty[21], il sera la tentative de porter l’expérience muette à l’expression pure de son propre sens, en développant une part de non-philosophie, un ordre qui se résiste à la conscience constituante.
Bien que le terme «non-philosophie»[22], frappé comme tel, il n’apparût pas plus que discrètement mentionné dans ses derniers cours[23], pourtant, l’extension et radicalité de sa signification théorique il commencera à se exhiber depuis le début de ses exposés phénoménologiques. De cette manière, la vérité de la phénoménologie résidera dans le lieu même de ses limites, en le confín même de sa “ombre”, où commence sa relation avec la «à-philosophie», ou avec la «non-philosophie». Cette “ombre” fera référence à trois seuils très significatifs, et que Merleau-Ponty aura mis au découvert, en portant à la limite le programme de la phénoménologie d’Husserl, dès que philosophie de l’expérience que se donne nécessairement entre strates de résonance. En premier lieu, telle “ombre” fera référence à l’écho persistente de les deux penseurs après le croisement théorique de ses héritages inachevé, en l’advenimiento d’un nouveau conception phénoménologique de la philosophie. Deuxièmement, son fulgente obscurité nous amènera la nouvelle du seuil d’accès à la «non-philosophie» dans les limites d’une hausse verticale de la réduction. En troisième lieu, ce subumbrare sera l’attestation de la zone ou région à celle que, par une ou une autre cause, n’arrive pas l’activité constituante du “je”, delimitando la perméabilité d’une limite, d’une fin et d’un début, d’une origine que procède de la cessation des lumières et qu’il a son début dans une nouvelle pénombre: un en-deça et un au-delà.
Si après le virement copernicien, la pensée de Kant a déterminé le premier investissement trascendental, la phénoménologie, comme “lumière obscure” de la non-philosophie, aura disposé avec la maximale clarté ce deuxième investissement: l’investissement entre l’Être et le Phénomène. Tant que l’Être il se réfugiera dans la stabilité du Visible, la non-philosophie produira un s’épuiser qu’ira depuis l’identité et la positionnalité à la pluralité et l’indeterminación du Phénomène. Merleau-Ponty sera précis à l’avertir que «La réalité est un tissu solide»[24]. Ce que y a, cela qui est l’Invisible, pluriel, ne figuré et indéteminé, est la richesse de la réalité ce qui se passe en appauvrissant au se contracter par centrage au territoire du Visible. La non- coïncidence et l’inévitable suravent de cet horizon souverain et inaccessible donnera primauté à la nouveauté et l’ imprévisibilité de cela que le propre Heidegger qualifiât d’Impensé (das Ungedachte), ou “ombre” qui accompagne à toute pensée fiscale, à toute philosophie de la conscience que depuis le passé survole comme instance de survol, en imposant le sens, en une Sinngebung capable de dominer le monde au lieu de se voir effondré en il.
2.
Dans le cité cours des lundis de 1961[25], Merleau-Ponty utilisera l’exemple d’une pensée que, malgré se présenter comme philosophie, résultera être un paradigme de la non-philosophie. Nous nous rapportons à l’introduction de douze pages en seize paragraphes qu’Hegel a ajouté à son Phénoménologie de l’Esprit. Le phénomène comme Erscheinung (Apparition), et ne comme Darstellung (ce que apparaît), il émergera comme relation avec l’absolu, mais ne comme Être mais comme schon bei uns, comme quelque chose que déjà est préalablement entre nous et qu’il y a de se dévoiler par son propre esplendor. Tel texte avait déjà été commenté par Martin Heidegger dans son séminaire de 1943, mais dans ce cas sera brandi par Merleau-Ponty pour annoncer ce deuxième investissement, au-delà de l’investissement trascendental kantien, que s’est produit en la phénoménologie.
Dans la page 202 de Signes, dans l’édition originale de 1960, dedans de sa modeste contribution au centenaire de la naissance d’Husserl, notre auteur exposera centralement ce conception de l’Impensé, que depuis son origine et lamentation heideggerien laissera des importantes séquelles en toute son oeuvre. De cette manière, nous ici pourrons avertir, outre la présence brûlant des vers d’Angelus Silesius, ce rendez-vous de la leçon neuvième de la proposition du fondement autour de Kant et Leibniz:
«Combien plus grand est l’oeuvre du penser d’un penseur –chose qu’absolument pas reste couverte par l’extension et le nombre de ses écrits– tellement plus riche est l’impensé qu’y a dans cette oeuvre du penser, c’est-à-dire, cela que pour la première fois et uniquement par cette oeuvre du penser affleure comme l’encore ne pensé. Ceci ne pensé ne concerne pas bien entendu à quelque chose qu’un penseur soit passé par grand ou été incapable de dominer, et qu’après une postérité plus savante dût reprendre»[26].
Le propre d’une pensée est ce que il cherche encore par dire, son Impensé, que seulement peut se révéler dans une réflexion, en se convertissant dans l’écho de cette région qu’est en-deça ou au-delà de la philosophie même comme Institution symbolique rationnelle (Stiftung). Dans ce sens, dans la confrontation avec Husserl que Merleau-Ponty mènera à terme il sera difficile séparer ce que il appartient à chacun d’ils; plutôt, il sera précis avertir que les thèses du dernier Husserl et les thèses du dernier Merleau-Ponty termineront en confluant, précisément, en cela que pour la première fois, et uniquement par cette oeuvre du penser, il affleure comme l’encore ne pensé: son non-philosophie.
À l’édition posthume du cours sur Philosophie et non-philosophie depuis Hegel y aura qu’ajouter une édition une plus récente, mais aussi fondamentale, que portera par titre: La philosophie aujourd´hui[27]. Il sera le cours, en principe sans titre, que l’auteur impartirá dans le Collège de France, entre janvier et mai de 1959. Dans ce cours, Merleau-Ponty s’approchera, peut-être plus que jamais, à la “ombre” inachevé du maître, en distinguant l’articulation précise de sa pensée autour de trois axes principaux. D’une part, l’axe des découvertes autour de la relation «intentionnalité, essence et facticité»; d’autre part, la régression idéaliste de la phénoménologie; et, finalement, la rétraction de l’idéalisme et l´approfondissement dans la pensée verticale. Ces trois axes correspondront à son tour avec la période initiale de Recherches Logiques; avec la période idéaliste, et plus ortodoxe, d’Idées relatives à une phénoménologie pure et une philosophie phénoménologique; et, finalement, avec la période de Méditations Cartésien. Dans ce dernier intervalle, la recherche sur les dimensions verticale approchera à l’auteur aux notions de Leib, passivité et intersubjectivité, que seront, en définitive, les notions à partir desquelles Merleau-Ponty développera tout son conception de la phénoménologie dans son approximation à l’Impensé par les deux penseurs. La caractérisation d’une «passivité originaire» mettra en étoffe de jugement le conception de la réflexion, ou réduction trascendental, en dévoilant cette stratification étagé et vertical dans laquelle apparaîtra le non tético dans la nature même de la conscience et contre l’adéquation même d’un esprit constituant universel[28].
Depuis le cours de 1959, et en ayant en compte les cités cours de 1960 et 1961 («Husserl dans les limites de la phénoménologie» et «Philosophie et non-philosophie après Hegel»), Merleau-Ponty essayera inlassablement penser le régime architectural d’une pensée verticale, repense à son tour la notion même de passivité face à l’activité constituante du “je”. Depuis la région du Visible, depuis les notions de sujet, nature et synthèse active, montera, ou il descendra, à la région de l’Invisible, où découvrira le Leib, l’hylé et la proto-hylé, et les synthèses passives, en définitive, ses controversées notions de la chair, du quiasmo, et des wesen sauvages. La phénoménologie se sera converti dans ce parcours d’aller et de tour entre le Visible et l’Invisible. Merleau-Ponty sera plus près que jamais de cela qu’y avait d’Impensé dans l’oeuvre du penser husserliano. De là en les Remarques de travail de son inachevé oeuvre Le visible et l´invisible, en novembre du même an 1959, confirmât que la philosophie n’avait pas parlé jamais de la passivité de notre activité, c’est-à-dire, en citant à Valéry, d’un «corps de l’esprit» (corps de l´esprit). Et ici, je me permettrai la licence de reproduire en toute son extension la clarté de cette petite annotation:
«L´âme pensé toujours: c´est en elle une propriété d´état, elle ne peut pas ne pas penser parce qu´un champ a été ouvert où s´inscrit toujours quelque chose ou l´absence de quelque chose. Ce n´est pas là une activité de l´âme, ni une production de pensées au pluriel, et je ne suis pas même l´auteur de ce creux qui se fait en moi par le passage du présent à la rétention, ce n´est pas moi qui me fais penser pas plus que ce n´est moi qui fais battre mon cœur. Sortir par là de la philosophie des Erlebnisse et passer à la philosophie de notre Urstiftung…»[29].
Le conclusion sera radical, catégorique et définitive: sortir de la philosophie des expériences (Erlebnisse) et passer à la philosophie de notre institution originaire de sens (Urstiftung), c’est-à-dire, de notre proto-fondation ou proto-institution. En définitive, sa proposition annoncera le besoin de faire abstraction d’une pensée “horizontale”, d’une philosophie de la conscience, écrasante configurée dans une pensée de survol, et monter “verticalement” en recherche de le stratification originaire où resituar la «non-philosophie» de l’impensé, autant par Husserl comme par il même et par toute la tradition d’une philosophie dont l’origine, exigence et besoin seulement peut se présenter comme philosophie phénoménologique. Tel radicale prétention passera par ce dérèglement que le même Rimbaud a illustré, annoncé par cette bizarre et prévoyant missive merleau-pontiana que tellement retentissements amène à la pensée contemporaine: «ce n’est pas moi qui me fait penser, pas plus que ce n’est moi qui fait battre mon coeur».
Le même Husserl, dans ses derniers travaux, et contre la supposition idéaliste qu’avait soutenu dans la période d’Idées, soutiendra ce combat contre la philosophie de la conscience. La découverte de la subjectivité comme Leib kinesthésique, la transpossibilité des «synthèses passives» face à la possibilité des synthèses actives, et l’horizon ineludible de la « interfactivité » face à l’intersubjectivité de l’identité symbolique, termineront par distinguer une pensée verticale en sa propre généalogie de la vérité, et la philosophie de Merleau-Ponty finira par se convertir en «non-philosophie», dont l’objet d’étude sera, en définitive, le phénomène dès que phénomène, c’est-à-dire, ce “être sauvage” (être sauvage), vertical et ontologiquement premier, qu’occupe la domination même de l’Invisible dans la limite la plus extrême de l’epoché .
3.
Par bizarre que puisse sembler, l’Impensé de la non-philosophie de Maurice Merleau-Ponty apparaîtra déjà annoncé en 1945, dans la note 9 du chapitre IV de la première part de sa Phénoménologie de la perception. Nous rappelions que ce chapitre était consacré à «La synthèse du propre corps», en exposant les questions de l’spatialité et la corporéité, de l’unité du corps et de l’oeuvre d’art et de l’habit perceptif comme acquisition d’un monde. Donc bien, au traiter précisément de l’habit et en utilisant l’exemple de la “canne de l’aveugle”, Merleau-Ponty fera une certera allusion à Husserl:
«Husserl, par exemple, a défini pendant long temps la conscience ou le dépôt d’un sens par le schéma Auffassung-Inhalt et comme une beseelende Auffassung. Un pas définitif le donne au reconnaître, depuis les Conférences sur le temps, que cette opération presupone une autre plus profonde pour laquelle le contenu se prépare pour ce captage. “Toute constitution ne se fait pas selon le schéma Auffassunginhalt-Auffassung”. Vorlesungen zur Phänomenologie Donnes inneren Zeitbewusstseins, p. 5, Il remarque 1.»[30].
Certes, dans Les Leçons sur la conscience interne du temps de l’an 1905, dans son Introduction, et au parler de la « Déconnexion du temps objectif», en concret, à l’exposer la distinction entre un temps «senti» et un temps perçu, Husserl fait le suivant avertissement:
«”Le senti” indiquerait, donc, un concept de relation que par soi seulement rien dirait sur si le senti est sensuel, au moins sur si est immanent dans le sens en que le sensuel l’est. Il resterait ouvert, en d’autres termes, si le senti même est déjà constitué, et peut-être d’une façon très diverse du sensuel. Mais toute cette différenciation est mieux la laisser au marge. Ne toute constitution répond au schéma “contenu d’aprehensión-aprehensión”»[31].
Dans ces deux textes convergerá l’Impensé de les deux penseurs, avec l’exprime avertissement de que cette question, que selon Husserl, et dans ce moment, “est mieux la laisser au marge”, comportera autant tout le déploiement de la pensée merleau-pontienne comme le déploiement même que la pensée husserliane montrera dans les mentionnées éditions postérieures à 1966 et que Merleau-Ponty ne connaîtra pas jamais. Il vaille avertir que Rudolf Boehm, l’éditeur de Sur la phénoménologie de la conscience temporelle immanent (1893-1917), déjà fera une spéciale référence à cette note dans le tome X de l’Husserliana. [32]. Il semble, donc, qu’il n’est pas possible généraliser l’intentionnalité comprise comme dépôt de sens. Ceci serait contradictoire avec la notion de phénomène en tellement façon d’apparition (Erscheinung). Par conséquent, la conscience est quelque chose plus que activité, et celui-là quelque chose plus n´est pas consistante avec le schéma Auffassunginhalt-Auffassung (Contenu d’ Appréhension- Appréhension).
Certes, nous trouverons une passivité originaire dans l’intérieur même de la conscience, et ici Merleau-Ponty développera cette intuition qu’il avait déjà annoncé dans le Prologue de son Phénoménologie de la perception[33], À l’avertir, après citer la Critique du jugement, que Husserl avait déjà distingué l’intentionnalité d’acte d’un autre type d’intentionnalité, une notion une plus élargie d’intentionnalité que permettrait à la phénoménologie se convertir en une phénoménologie de la genèse et à la pensée dans une pensée verticale des différents couches, ou capes étagées (couches étagées), antérieures aux actes. Il s’agissait de l’intentionnalité opérant et latent (fungierende Intentionalität) que constituerait l’unité naturelle et anteprédicatif du monde et de notre vie, celle qui se manifestait dans nos désirs, nos évaluations, notre paysage, d’une façon une plus claire et catégorique que dans la connaissance objective.
Dans les douze ans qui passent entre les deux éditions de Recherches Logiques, celui de 1901 et celui de 1913, la pensée d’Husserl souffrira une crise profonde et une profonde transformation. Il se fera patent ce que avait jusqu’alors demeuré d’une façon latente et presque occulte: les resortes philosophiques basiques de la réduction et la constitution. Cette crise apparaîtra en apparence dans le cité cours de 1905 sur la conscience intime du temps, qu’éditera Heidegger en 1928, et dans le cours de 1907 sur l’idée de phénoménologie, que n’apparaîtra pas édité jusqu’à 1950, par Biemel, dans le volume II de l’Husserliene. [34]. Les modifications introduites dans la deuxième édition des Recherches, telle comme se peut apprécier dans l’édition définitive d’Elmar Holenstein, en 1975, dans le volume XVIII et suivants de l’Husserliene. [35], Ils sont une attestation de cette autoconscience opérée, qu’en 1901 est encore une intuition pas conscient de ses conséquences. La crise de 1905 et le premier exposé formel de la phénoménologie du cours de 1907 seront la fidèle attestation de la connexion entre la première édition des Recherches de 1901 et la deuxième de 1913. En ce fertile période, entre mai et août de 1907, à Göttingen, Husserl donnera la deuxième part d’un cours intitulé initialement: «Fragments principaux de la phénoménologie et de la critique de la raison». Tel cours correspondra au texte du manuscrit husserliano FI13, appelé par Husserl «Dingvorlesung».
Les cinq leçons d’introduction générale à la phénoménologie transcendental de dit cours seront, tel comme avons visé, publiées par Biemel en 1950, sous le titre: Die Idée der Phänomenologie. Pourtant, le grand empatement du cours ne sera pas publié jusqu’à 1973, lorsqu’Ulrich Claesges, dans le volume XVI de l’Husserliene, édite ces leçons, sous l’énigmatique titre: Ding und Raum, Vorlesungen 1907[36]. Le traducteur de l’édition française, Jean-François Lavigne, sera concluante dans son introduction au confirmer un fait philosophiquement décisif dans l’histoire de la pensée contemporaine: les leçons de l’été de 1907 sur la chose spatiale inaugureront la phénoménologie de la perception[37]. Il est évident que Merleau-Ponty ne pourra pas connaître ce texte, mais l’étonnant résultera vérifier que, très malgré cela, aura été conscient de la transcendance théorique qu’ils comportent ses constats.
Dans la page 285 de l’édition d’Ulrich Claesges, en correspondance avec la leçon finale du 3 août 1907, Husserl commencera de cette manière son dernier égard:
«Il appartient à l’essence de la chose en générale être une unité intencional identique que se “constitue” en une certaine multiplicité d’apparitions effectives ou possibles, est légitimé selon son être et son être-ainsi respectif en l’enchaînement d’apparitions réglementé et chaque fois motivé. Mais l’enchaînement est un enchaînement d’apparitions entre-convenues, que se remplissent quelques en autrui, et ils sont portées par une conscience de croyance qu’il les traverse, ou, si il se préfère, une conscience positionnel, conscience d’être. Savoir quelle relation il maintient cette conscience positionnel avec les simples apparitions préciserait de recherches plus profondes»[38].
La relation impossible entre cet égard et la mentionnée remarque nº 9 du chapitre IV de la première part de la Phénoménologie de la Perception, nous fera supposer que la convergence de les deux penseurs a lieu dans l’ombre même de ses Impensée, à travers, dans le cas de Merleau-Ponty, de la connaissance préalable des Leçons sur la conscience interne du temps de l’an 1905, où Husserl déjà avertit cette proposition radicale[39]. Une autre chose serait déjà élucubrer sur le cours que la pensée merleau-pontienne eût pris si en 1961 il ne se fût pas accompli le conception fatale de Rimbaud: «on m’ai pensé».
Cassée la structure bimembre Auffassunginhalt-Auffassung (Contenu d’ Appréhension- Appréhension), la “verticale” restera ouverte pour une hausse vers l’Impensé, c’est-à-dire, pour celle-là non-philosophie qu’autant Husserl comme Merleau-Ponty ils ont aperçu comme la bizarre distance (écart) que sépare au sujet même et qu’il éloigne chaque chose de sa possible identité[40]. Tous les deux établiront une nouvelle structure triple: Auffassung-Erscheinung-Darstellung (Appréhension ou acte intencional, Apparition ou contenu d’Appréhension, Exposé ou objet). De cette manière, Merleau-Ponty était en le vrai à l’avertir que la conscience ou le dépôt de sens suivait le schéma husserlien Auffassung-Inhalt, et beseelende Auffassung (Appréhension animée), et que, par conséquent, supposait une autre opération une autre plus profonde moyennant laquelle le contenu était préparé pour l’Appréhension. Toute la pensée merleau-pontienne partira de cet égard.
La structure bimembre de la perception sera la philosophie de la conscience que Merleau-Ponty va disqualifier par sa nature fiscale et de “survol”; celle-là qui annule l’axe vertical de l’Erscheinung , de l’Apparition. Entre l’intentionnalité de l’Auffassung, de l’Appréhension ou l’Acte, et l’identité de la Darstellung, Exposé ou Objet, y aura une bizarre connivence, une complicité qui ouvrira la verticale des différentes couches étagées (couches étagés) sur l’axe de l’Erscheinung, de l’Apparition. Bien que autant l’Erscheinung (Apparition) comme la Darstellung (Exposé) soyez toutes les deux “phénomènes”, pourtant, l’axe de l’Erscheinung (Apparition) sera l’axe des phénomènes en sens strict: le phénomène dès que phénomène. Cette verticale nous mettra directement en contact avec la transcendance, avec le “être sauvage” (être sauvage), vertical et ontológicamente premier.
Comme est bien su[41], Husserl se pliera la réduction trascendental moyennant une réduction eidética, c’est-à-dire, que dans son étape idealista (Ideen) il utilisera la «réduction trascendental» (réduction cartésienne, kantienne et psychologique) pour partir de l’Auffassung (Appréhension) et arriver à une “Subjectivité transcendental”, et, à son tour, telle réduction traînera une «réduction eidétique» pour partir de la Darstellung (Exposé) et arriver aux premières synthèses. Pourtant, Merleau-Ponty proposera une réduction à partir du phénomène en tellement phénomène, de l’Erscheinung (Apparition). Telle réduction par la verticale centrale sera complètement autonome et il ira depuis l’Erscheinung , ou Apparence, à l’Ereignis, ou Quiasmo. Celui-ci sera l’axe qui favorisera une «non-philosophie» face à une philosophie de survol que survole et règne, c’est-à-dire, la voie d’accès vers l’Invisible, vers l’Impensé de la «non-philosophie». Merleau-Ponty se fera face à l’Husserl idéaliste en faveur de la pensée dernière du maître, malgré n’y avoir arrivé à vislumbrar plus que sa “ombre” inachevé, en substituant la «réduction transcendental» et la «réduction eidétique» par une véritable «réduction centrale phénoménologique», en accédant de cette manière à la véritable épaisseur du monde, de la nature, de la réalité, en définitive.
Bien que cette structure triple ne se maintienne pas dans son hausse depuis le Visible, par la pensée verticale, vers la région de l’Invisible, pourtant, son controversé concept de la Chair se correspondra dans la réduction avec le sujet et les actes d’Appréhension intentionnel; les schicios ou contenus d’Appréhension se correspondront à son tour avec sa notion principale de Quiasmo; et les Eide, essences ou eidos, se correspondront avec les Wesen sauvages. En définitive, et telle comme nous avertira le propre penseur, nous trouverons dans l’Être brut, sauvage, vertical, présent, une dimension qui n’est ni celle de la représentation ni celle de l’en-soi. Le reste de l’Impensé en Maurice Merleau-Ponty se situera progressivement dans les différents registres gnoséologiques qui sont, concomitamment, des registres de réalité et que le propre Edmund Husserl, à partir de sa “ombre”, des éditions qu’iront en apparaissant depuis l’an 1966, configurera dans une tectonique de régimes bien différenciés, dans une «non-philosophie» de l’Impensé, de l’Être vertical, comme je le décrirai ci-après, dans ce qui sera probablement les Notes de Cours d’une future publication.
[1] Merleau-Ponty, M. Husserl aux limites de la phénoménologie (curso del lunes, en el Collège de France, enero-mayo de 1960), notas de preparación de Merleau-Ponty, Biblioteca Nacional, volumen XVIII, 51 ff.; transcripción, presentación y anotaciones de Franck Robert, en Notes de cours sur L´origine de la géométrie de Husserl, seguido de Recherches sur la phénoménologie de Merleau-Ponty, bajo la dirección de Renaud Barbaras, P.U.F., París, 1998, pp. 11-92.
[2] Merleau-Ponty, M. Philosophie et non-philosophie depuis Hegel (curso del lunes, en el Collège de France, enero-mayo de 1961) notas de preparación de Merleau-Ponty, Biblioteca Nacional, volumen XX, 145 ff.; texto presntado por Claude Lefort en Textures, nº8-9, 1974, pp. 83-129 y nº10-11, 1975, pp. 145-173; recogido en Notes de cours 1959-1961, Gallimard, París, 1996, pp. 269-352 y en Annuaire du Collège de France, 61º año, 1961, p. 163.
[3] Husserl, E. Die Krisis der europäischen Wissenschaften und die transzendentale Phänomenologie, Einleitung in die Phänomenologische Philosophie, Editado por W. Biemel, Husserliana VI, Martinus Nijhoff, La Haya, 1969.
[4] Husserl, E. Umsturz der kopernikanischen Lehre in der gewöhnlichen weltanschaulichen Interpretation. Die Ur-Arche Erde bewegt sich nicht. Grundlegende Untersuchungen zum phänomenologischen Ursprung der Köperlichkeit der Räumlichkeit der Natur in ersten naturwissenschaftlichen Sinne. Alles notwendige Anfangsuntersuchungen, Texto D 17 (1934). En Marvin Farber (ed.), Philosophical Essays in Memory of Edmund Husserl, Cambridge (Mass.) 1940; pp. 307-325. Traducción francesa: L´arche-originaire Terre ne se meut pas. Recherches fondamentales sur l´origine phénoménologique de la spatialité de la nature, trad. D. Franck, en La Terre ne se meut pas, Minuit, Paris 1989. Traducción española: La Tierra no se mueve, trad. Agustín Serrano de Haro, Facultad de Filosofía, Universidad Complutense, Madrid 1995.
[5] Merleau-Ponty, M. «Husserl aux limites de la phénoménologie» (resumen del curso del lunes, en el Collège de France), Annuaire du Collège de France, 60º año, pp. 169-173; recogido en Résumés de cours 1952-1960, Gallimard, París, 1968, pp. 159-170.
[6] Merleau-Ponty, M. «Le philosophe et son ombre», en Edmund Husserl 1859-1959, ed. H.-L. Van Breda y J. Taminiaux, Martinus Hijhoff, La Haye 1959, «Phaenomenologica», nº4, pp. 195-220; recogido en Signes, Ed. Gallimard, Paris 1960, pp. 259-295.
[7] Merleau-Ponty, M. o. c. pp. 272
[8] Bech, J. M. Merleau-Ponty: una aproximación a su pensamiento, Ed. Anthropos, Barcelona, 2005; p. 61.
[9] Merleau-Ponty, M. Notes de cours 1959-1961, Gallimard, París, 1996, pp. 269-352.
[10] «[…] un estado de pura contemplación, de apertura a la intuición, que nos lleva a perdernos en el objeto y a olvidarnos de cualquier individualidad, superando el conocimiento regulado por el principio de razón suficiente», en Schopenhauer, A. Lecciones sobre metafísica de lo bello, Lección VIII, Sobre el componente subjetivo del placer estético, trad. Manuel Pérez Cornejo, Publicaciones de la Universitat de València, Valencia 2004, p. 150.
[11] Merleau-Ponty, M. «Le philosophe et son ombre», en Signes, Ed. Gallimard, Paris 1960, pp. 281-282.
[12] Álvarez Falcón, L. «Comunidad, historia y sentido», en IX Congreso Internacional de Fenomenología, Segovia, España, 2009. Investigaciones fenomenológicas, vol. monográfico 3: Fenomenología y política (2011) .
[13] Merleau-Ponty, M. «Philosophie et non-philosophie depuis Hegel», en Notes de cours 1959-1961, Gallimard, París, 1996; p. 312.
[14] Patoĉka, J. «El subjetivismo de la fenomenología husserliana y la posibilidad de una fenomenología asubjetiva» y «El subjetivismo de la fenomenología husserliana y la exigencia de una fenomenología asubjetiva», en El movimiento de la existencia humana, Ediciones Encuentro, Madrid, 2004; pp. 93-135.
[15] Merleau-Ponty, M. o. c., p. 275.
[16] Husserl, E. Analysen zur passiven Synthesis. Aus Vorlesungs- und Forschungsmanuskripten, 1918-1926. Edited by Margot Fleischer. The Hague, Netherlands: Martinus Nijhoff, 1966.
[17] Husserl, E. Zur Phänomenologie der Intersubjektivität. Texte aus dem Nachlass. Erster Teil. 1905-1920. Zweiter Teil. 1921-28. Dritter Teil. 1929-35. Edited by Iso Kern. The Hague, Netherlands: Martinus Nijhoff, 1973.
[18] Husserl, E. Ding und Raum. Vorlesungen 1907. Edited by Ulrich Claesges. The Hague, Netherlands: Martinus Nijhoff, 1973.
[19] Husserl, E. Phäntasie, Bildbewusstsein, Erinnerung. Zur Phänomenologie der anschaulichen Vergegenwartigungen. Texte aus dem Nachlass (1898-1925). Edited by Eduard Marbach. The Hague, Netherlands: Martinus Nijhoff, 1980.
[20] Álvarez Falcón, L. Realidad, Arte y Conocimiento. La deriva estética tras el pensamiento contemporáneo, Editorial Horsori, Barcelona, 2009; pp. 173-206.
[21] Barbaras, R. De l´être du phénomène. Sur l´ontologie de Merleau-Ponty, Éd. Jérôme Million, Grenoble, 2001; p. 99.
[22] «Non-Philosophie et Philosophie avec deux inédits sur la musique», en Chiasmi International nº3, Vrin, Mimesis, University of Memphis, 2001 y «Philosophy and Non-Philosophy since Merleau-Ponty», editado con una introducción de Hugh J. Silverman, Noethwestern Univ. Press, 1997.
[23] Saint-Aubert, E. Vers une ontologie indirecte. Sources et enjeux critiques de l´appel à l´ontologie chez Merleau-Ponty, Ed. Vrin, Paris, 2006; p. 61 y ss.
[24] Merleau-Ponty, M. Fenomenología de la Percepción, Ed. Península, Barcelona, 2000; p. 10.
[25] Merleau-Ponty, M. Philosophie et non-philosophie depuis Hegel (curso del lunes, en el Collège de France, enero-mayo de 1961), Notes de cours 1959-1961, o. c., pp. 269-352.
[26] Heidegger, M. Der Satz vom Grund, pp. 123-124.
[27] Merleau-Ponty, M. La philosophie aujourd´hui, (curso sin título, en el Collège de France, enero-mayo de 1959), notas de preparación de Merleau-Ponty, Biblioteca Nacional, volumen XVIII, 69 ff.; transcripción y notas de Stéphanie Ménasé en Merleau-Ponty, M. Notes de cours 1959-1961, o. c., pp. 37-148 y pp. 379-388.
[28] Merleau-Ponty, M. Notes de cours 1959-1961, o. c., p. 68.
[29] Merleau-Ponty, M. Le visible et l´invisible, Éd. Gallimard, París, 1999 ; p. 270.
[30] Merleau-Ponty, M. Fenomenología de la Percepción, Ed. Península, Barcelona, 2000; p. 169..
[31] Husserl, E. Lecciones de fenomenología de la conciencia interna del tiempo, trad. Agustín Serrano de Haro, Ed. Trotta, Madrid, 2002; p. 29
[32] Husserl, E. Zur Phänomenologie des inneren Zeitbewusstesens (1893-1917). Editado por Rudolf Boehm, Martinus Nijhoff, The Hague, Netherlands, 1969
[33] Merleau-Ponty, M. o. c., pp. 17-18.
[34] Husserl, E. Die Idee der Phänomenologie. Fünf Vorlesungen. Editado por Walter Biemel, Martinus Nijhoff, The Hague, Netherlands, 1973.
[35] Husserl, E. Logische Untersuchungen. Erster Teil. Prolegomena zur reinen Logik. Text der 1. und der 2. Auflage, Halle: 1900, rev. ed. 1913. Editado por Elmar Holenstein, Martinus Nijhoff, The Hague, Netherlands, 1975; Logische Untersuchungen. Zweiter Teil. Untersuchungen zur Phänomenologie und Theorie der Erkenntnis. In zwei Bänden, Editado por Ursula Panzer. Halle: 1901; rev. ed. 1922, Martinus Nijhoff, The Hague, Netherlands, 1984; Logische Untersuchungen. Ergänzungsband. Erster Teil. Entwürfe zur Umarbeitung der VI. Untersuchung und zur Vorrede für die Neuauflage der Logischen Untersuchungen (Sommer 1913), Edited por Ulrich Melle, Kluwer Academic Publishers, The Hague, Netherlands, 2002. Husserliana XVIII, XIX y XX.
[36] Husserl, E. Ding und Raum. Vorlesungen 1907, Editado por Ulrich Claesges, Martinus Nijhoff, The Hague, Netherlands, 1973.
[37] Husserl, E. Chose et espace. Leçons de 1907, traducción e introducción de Jean-François Lavigne, P.U.F., París, 1989; p. 5.
[38] Husserl, E. Ding und Raum. Vorlesungen 1907, o. c., p. 285.
[39] Husserl, E. Die ‘Bernauer Manuskripte’ über das Zeitbewußtsein (1917/18), Editado por Rudolf Bernet y Dieter Lohmar, Kluwer Academic Publishers, Dordrecht, Netherlands, 2001.
[40] Bech, J. M. «El pensamiento de la no-coincidencia», en Convivium nº 16, Departament de Filosofia, Facultat de Filosofia, Universitat de Barcelona, Barcelona, 2003; pp. 57-94.
[41] Husserl, E. Zur phänomenologischen Reduktion. Texte aus dem Nachlass (1926-1935). Editado por Sebastian Luft, Kluwer Academic Publishers, Dordrecht, Netherlands, 2002.